El Recorrido

Puerta principal de la Casa.
Foto: Vanessa Valdes.
La Casa Anauco es un lugar lleno de detalles que trasladan a cualquier visitante directamente al Siglo XVIII. El recorrido consta de 22 salas, independeintes entre sí, con una historia particular y un uso específico y determinado. A continuación se presentan las salas de mayor importancia:

Junto al corredor interior, con acceso desde la Entrada Lateral de la Quinta, está la Sala de Entrada que recibía a los visitantes hasta tanto fueran anunciados a los propietarios. Esta sala está amoblada con mobiliario de fines del Siglo XVII y comienzos del S. XVIII.
La Sala de Recibo Informal sustituía al gran salón principal en el recibimiento de familiares y personas de confianza. Allí se conversaba sin protocolo y se jugaba a los naipes, damas, chaquete o billar. También se llevaban a cabo actividades musicales como el canto, el baile o se interpretaba algún instrumento como la guitarra, el arpa o el clavecín .

El Estrado. Foto: Vanessa Valdes.
El Estrado tuvo un gran importancia en las casas del Siglo XVII. Se trata del recinto formado por una tarima de madera de poca altura, sobre el suelo y cubierta totalmente por una o varias alfombras, con varios cojines y algunos muebles pequeños como taburetes, sillas, bufetes; y un biombo bajo, para protegerse de las corrientes de aire. En su adorno se gastaban grandes sumas de dinero y proporcionaba un lugar íntimo y libre de polvo de los pisos de ladrillo en los que se podía estar sin temor a ensuciarse.  El uso del estrado reflejaba las costumbres españolas implantadas en el país, las cuales a su vez provenían de la cultura árabe.

El Escritorio.
Foto: Vanessa Valdes.
La pieza destinada al Escritorio, por ser una casa de campo, se ubica al frente de la casa, por lo que se tiene acceso a través del corredor exterior. Una mesa o un escritorio de tapa inclinada, con múltiples gavetas, una biblioteca incorporada, papeleras, contadores, sillas y butacas constituyen el mobiliario de esta habitación.

Vista lateral del Corredor Interior.
Foto: Vanessa Valdes.
Cubriendo la entrada principal de la casa y permitiendo la entrada independiente a la sala, escritorio y oratorio, está el llamado Corredor Exterior. Este se utilizaba sólo en ocasiones de grandes fiestas o recibimientos y normalmente para el uso de los que asistían al escritorio o para los que oían misa en el oratorio. El mobiliario -dos bancos y dos mesas- es el típico de estos espacios y representativo de comienzos del Siglo XVIII.

La Sala Principal es la habitación más grande y lujosa de la casa. Durante el Siglo XVIII fue el lugar de recibo protocolar, de gran formalidad. Las molduras del techo se pintaban y doraban de acuerdo al color de las cenefas de las cortinas y del color de los florones de donde colgaban las arañas. Todos los asientos se adosaban a las paredes, para dejar el paso libre a las señoras con sus amplios vestidos. Cuatro mesas rinconeras ocupaban las esquinas y sobre ellas se ponían los candeleros con sus guardabrisas. El número de velas encendidas indicaría la importancia del visitante. 

Al frente: Sala Principal. Al fondo: Alcoba de Parada.
Foto: Vanessa Valdes.
La Alcoba de Parada, como en todas las casas del Período Hispánico, se encuentra al lado de la sala principal como una prolongación de ésta. Su única división es un simple arco con el fin de que los invitados pudiesen observar la gran "Cama de Parada" de dosel, emblema de la hospitalidad y riqueza de los propietarios. Esta habitación se asociaba a los hechos más importantes de la vida que tenían lugar en ella: el nacer y el morir. Allí la señora de la casa recibía las visitas después del alumbramiento, se colocaban los regalos encima del lecho el día de "Santo", o se velaba el cadáver de algún miembro de la familia. 


El Oratorio. Foto: Vanessa Valdes.
Las casas de campo, por hallarse distantes de las Iglesias de la ciudad, tenían un Oratorio. Para tener Oratorio en una casa había que pedir autorización o permiso al Obispo y éste se renovaba cada 5 años. En él se celebraba la misa dominical a la que asistía el señor y su familia, los sirvientes y esclavos de la pequeña comunidad rural.


El Comedor. Foto: Vanessa Valdes.
El comedor se encuentra en el punto medio de la casa, después de la sala y algo alejado de la cocina. Es espacioso y provisto de alacenas empotradas en los muros y debajo de las ventanas para guardar vajillas, mantelería, cristalería y cubiertos. El mobiliario del comedor está compuesto por varias mesas plegables o de alas, que estaban arrimadas a la pared y que eran abiertas para ser colocadas en el centro, al momento de comer. Varias sillas, también colocadas alrededor de las paredes se acercaban en torno a ella, sólo cuando los comensales se disponían a comer.
En la alacena hay fuera de alguna platería, diversas porcelanas chinas de exportación, en especial un juego de tazas de té y café que fue de la hacienda Blandín, donde se tomó por primera vez el café cosechado en el Valle de Caracas en 1789.


La cocina. Foto Vanessa Valdes.
La cocina, atendida por sirvientes y esclavos, estaba siempre alejada de la casa a causa del humo y del hollín que producía la leña al quemarse, lo cual causaba natural inconveniente a la hora de llevar la comida a la mesa. Los implementos son casi todos de cobre o barro cocido y vidriado. Se pueden observar múcuras, botijuelas, candiles franceses, metate para moler el cacao, entre otros utensilios. En el corredor contiguo se realizaban múltiples actividades: se planchaba ropa, se pulía platería, se pilaba el maíz o se fabricaban velas para el alumbrado.


Sala de Orfebrería.
Foto Oficial del Museo.
La Sala de Orfebrería es el área con mayor valor de todo el museo pues contiene un gran número de piezas realizadas en plata que formaron parte, en su momento, de elementos de uso común de las grandes familias caraqueñas e incluso de las Iglesias. El arte de la platería fue la manifestación artística de mayor importancia durante el período hispánico en Venezuela. Su desarrollo se inició en la segunda mitad del siglo XVI, alcanzando su apogeo en la segunda mitad del siglo XVIII. La platería civil Esta desapareció casi por completo al ser fundida en 1814 durante la guerra de la Independencia. La de género religioso se salvó en parte debido a su carácter sagrado y forma parte de la colección exhibida en el museo.


Caballeriza. Foto: Vanessa Valdes.

En la Sala Religiosa se han reunido algunas muestras de pintura, escultura y mobiliario de uso religioso en las iglesias. 

En la caballeriza se guardaban las carretas de campo, algunos utensilios de carpintería y de herrería que servían para el mantenimiento de la casa. También servían para el lavado y secado de la ropa.


Cochera. Foto: Vanessa Valdes.
La cochera de dos pisos fue concebida originalmente para guardar, en la parte baja, el coche principal y algunas sillas de mano. El piso superior se destinaba para una pequeña sala de recreo o juegos.